LAS HABILIDADES SOCIALES: LA ESCUCHA ACTIVA
ESCUCHA ACTIVA
Como ya se explicó en el artículo anterior, podemos definir el concepto de habilidades sociales como el conjunto de capacidades que permiten el desarrollo de un repertorio de conductas y acciones que posibilitan que las personas se desenvuelvan de manera eficaz en el campo de lo social.
¿CÓMO ADQUIRIMOS LAS HH.SS?
Dos formas de adquirir las habilidades sociales son: a través del aprendizaje vicario y del modelado. A continuación, veremos en qué consisten estas técnicas.
El aprendizaje vicario: es aprender de la conducta que observamos en otra persona. Cuando los padres piden por favor las cosas, dan las gracias, inician y mantienen conductas asertivas con los demás… etc., su hijo podrá aprender esas mismas conductas porque observará las consecuencias positivas que comportan. Pero también tenéis que tener en cuenta que los modelos de referencia de vuestro hijo son, a su vez, sus compañeros de clase, sus amigos del barrio, sus hermanos y primos… Y estos ejercen una gran influencia en la adquisición de las habilidades sociales. Procurarle contextos de aprendizaje con modelos de conducta deseable es muy práctico para que el niño aprenda de manera natural pero controlada.
El modelado: es ésta una técnica que consiste en guiar paso a paso al niño en los “distintos eslabones” de una cadena de conductas sociales. El modelado puede dividirse en las siguientes fases:
- Explicación de la conducta o habilidad a aprender.
- Role playing realizado por el que enseña la conducta o habilidad.
- Representación (por parte del niño) de la conducta observada previamente.
- Feedback (información) sobre cómo lo ha hecho, ofreciendo refuerzo positivo.
-
Generalización: practicar la conducta aprendida en distintos contextos para que se inserte en el repertorio conductual del niño
Para que logremos adaptarnos de manera satisfactoria a las diferentes situaciones que se nos presentan en el día a día es fundamental tener un buen repertorio de habilidades sociales. Entonces seremos capaces de generar buenos vínculos con otras personas, así como otros aspectos muy importantes y que están relacionados con la satisfacción vital, como son el defender nuestras opiniones y expresar nuestros sentimientos.
Las tres habilidades más importantes, debido a su gran utilidad, que se deben trabajar son la escucha activa, la empatía y la asertividad.
En este artículo nos vamos a enfocar en la escucha activa.
LA ESCUCHA ACTIVA
Podemos definir la escucha activa como una habilidad que puede ser adquirida y desarrollada con la práctica. Sin embargo, puede ser difícil de dominar, pues hay que ser pacientes y tomarse un tiempo para desarrollarla adecuadamente. La escucha activa se refiere, como su nombre indica, a escuchar activamente y con conciencia plena. Para comenzar hay que modificar la forma de recibir la información que nos trasladan y para ello debemos abrir nuestra mente, esto significa dejar de pensar en lo que vamos a decir, como lo vamos a decir y en qué momento. Consiste en abandonar nuestro diálogo interior para centrarnos en el mensaje que nos están transmitiendo.
Mientras que "escuchamos" debemos utilizar un lenguaje positivo con palabras cortas, que le hagan percibir que estamos entendiéndola, "ya", "bien", "entiendo", de acuerdo". Hay que dejar hablar a la persona, sin interrumpir, ya que a veces sólo necesita a alguien que la escuche y la entienda.
¿Qué hacer en la escucha activa?
- No rechazar las emociones que el otro manifiesta. Las emociones son reacciones automáticas que frecuentemente se dan en determinadas circunstancias; pero que no son obligatorias y no las controlamos. Por eso, decir a una persona que no debería sentir lo que siente implica un reproche sobre una conducta sobre la que la persona no tiene control. Hay que tener en cuenta que no está en su mano modificar ese sentimiento.
- No juzgar. Recuerda el dicho bíblico: no juzgues y no serás juzgado.
- No solucionar el problema. Quien te lo está planteando quiere compartirlo contigo, pero él (ella) es la responsable de solucionarlo. Tú solamente puedes escuchar y dar tu opinión.
- No interrumpir. Espera a que la otra persona te dé paso, aunque no estés de acuerdo con lo que dice.
- No cuentes tu propia historia. Recuerda que nadie escarmienta en cabeza ajena. Además, si te está contando algo es para que entiendas su problema y, si cuentas tu historia estaréis centrándoos en la tuya.
- No des un consejo que no te hayan pedido.
- No descalifiques cuando des tus opiniones.
Ventajas que la escucha activa tiene, tanto sobre la persona que escucha como sobre la que se siente escuchada:
- Crea un clima de confianza y cercanía que facilita la comprensión mutua.
- Se puede comunicar aceptación e incrementar la motivación del usuario.
- Se reduce la tensión, las diferencias de criterios.
- Se aprende del otro.
- Se facilita la reducción de conflictos.
- Ayuda a tomar mejores decisiones y con mayor seguridad.
- Se aprende a trabajar mejor.
- Se gana tiempo para pensar.
- Se estimula la cooperación del usuario.
Existen varias técnicas clave o ejercicios de escucha activa que puedes utilizar para ayudarte a convertirse en un oyente más eficaz. Entre ellos:
PRESTA ATENCIÓN
Presta toda su atención al orador y reconoce el mensaje comunicación no verbal también «habla» en voz alta. Reconoce que la
- Mira el altavoz directamente.
- Coloca a un lado los pensamientos que te distraen.
- No prepares mentalmente una contestación.
- Evita distraerte por factores ambientales. Por ejemplo, conversaciones paralelas.
- Escucha el lenguaje corporal del hablante.
dEMUESTRA QUE ESTÁS ESCUCHANDO
Usa tu propio lenguaje corporal y gestos para demostrar que estás comprometido.
Asentimiento ocasionalmente.
- Sonríe y usa otras expresiones faciales.
- Asegúrate de que tu postura sea abierta e interesada.
- Anima al orador a continuar con pequeños comentarios verbales.
HAZ COMENTARIOS
Nuestros filtros personales, suposiciones, juicios y creencias pueden distorsionar lo que escuchamos. Como oyente, tu función es comprender lo que se dice. Esto puede requerir que reflexiones sobre lo que se está diciendo y que hagas preguntas.
- Reflexiona sobre lo que se ha dicho parafraseando. «Lo que escucho es …», y «Parece que estás diciendo …», son excelentes maneras de reflexionar.
- Haz preguntas para aclarar ciertos puntos. «¿Qué quieres decir cuando dices …?» «¿Es esto lo que quieres decir?»
- Resumir periódicamente los comentarios del orador.
EVITA HACER JUICIOS
Interrumpir es una pérdida de tiempo. Frustra al orador y limita la comprensión total del mensaje.
- Permite que el orador termine cada punto antes de hacer preguntas.
- No interrumpas con argumentos en contra.
5. RESPONDE ADECUADAMENTE
La escucha activa está diseñada para fomentar el respeto y la comprensión. Estás ganando información y perspectiva. No vas ganar nada al atacar al orador.
- Sé sincero, abierto y honesto en tu respuesta.
- Afirma tus opiniones con respeto.
- Trata a la otra persona de una manera que pienses que desearía ser tratada.
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